Primer Itinerario Cultural Europeo

Santiago de Compostela es la meta del Camino, una de las rutas de peregrinación más veteranas y transitadas del Viejo Continente, declarada Primer Itinerario Cultural Europeo.

A través de sus diferentes variantes, forjadas a lo largo del tiempo por el caminar de los peregrinos, el Camino de Santiago ha contribuido de forma notable a dar a conocer la ciudad de Compostela en diferentes partes del mundo.

Y es que Santiago de Compostela se ha situado en el mapa global gracias al Camino que lleva su nombre, un itinerario hermanado con otras rutas de peregrinación mundiales como el Kumano Kodo o el Camino de Shikoku de Japón.

Una cálida bienvenida

Los compostelanos, habituados a la llegada constante de gentes que realizan la ruta principalmente a pie, pero también a caballo o en bicicleta, reciben a los peregrinos de forma amable y cálida.

En 2017, fueron más de 300.000 las personas que realizaron el Camino en alguna de sus variantes, un 55% de ellas procedentes de fuera de España. En su mayor parte, los motivos que mueven a los peregrinos son de carácter cultural o religioso, aunque no son los únicos. El afán de aventura, el encuentro con la naturaleza o con uno mismo son también razones de peso para emprender el Camino.

Son muchas las personas que describen la experiencia de la peregrinación como “un momento personal e intransferible”. En este sentido, el Camino de Santiago se vuelve una aventura muy diferente según quien lo recorra, condicionada por el momento y por las circunstancias vitales de cada uno.

Muchas de las vivencias de quienes recorren el Camino se ligan de forma especial al impresionante paisaje de las diferentes rutas. Unos enclaves que no se acaban en Santiago. De hecho, son muchos los que deciden prolongar la experiencia y llegar hasta Finisterre, epicentro de la Costa da Morte, considerado el punto más occidental del continente europeo.

Credenciales: el pasaporte del peregrino

Pero sigan o no hasta Finisterre, lo que sí hace la mayoría de peregrinos al llegar a Santiago es detenerse a completar la magia de la zona monumental de la ciudad. Precisamente, en uno de los edificios del casco histórico, en la Oficina de Acogida al Peregrino (C/ Carretas, 33), los recién llegados pueden obtener la Compostela, un documento que extiende la Iglesia católica y que certifica la realización del Camino.

Para conseguirlo, es necesario haber transitado alguna de las rutas y acreditar mediante un documento denominado credencial de peregrino, con los respectivos sellados de los lugares de paso, un recorrido mínimo de 100 kilómetros a pie o 200 en caballo o bicicleta.

La credencial se entrega a través de la Iglesia, de las Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago, de determinadas Cofradías o de otras entidades e instituciones autorizadas por la Catedral de Santiago. Incluso es posible obtenerla en algunos de los albergues del Camino.